quarta-feira, 16 de maio de 2012

Hipatia de Alexandría: dúas visións

Hipatia in A Escola de Atenas de Rafael
Dous retratos da protagonista do filme de Amenábar, Ágora (2009). Nin cen anos separan os dous textos, no entanto o mundo xa mudara e mudaran tamén as opinións dos homes.

Hubo una mujer en Alejandría llamada Hipatia, hija del filósofo Teón, que realizó tales logros en literatura y ciencia, que sobrepasó a todos los filósofos de su propio tiempo. Habiéndose formado en las ideas de Platón y Plotino, explicaba los principios de la filosofía a todos sus oyentes, muchos de los cuales venían de muy lejos para recibir sus enseñanzas.
Como muestra de autocontrol y sencillez de maneras, que adquirió como consecuencia de cultivar su mente
, solía no poco frecuentemente aparecer en público frente a los magistrados. Nunca se sintió intimidada por acudir a una asamblea de hombres. A causa de su extraordinaria dignidad y virtud, todos los hombres la admiraban sobremanera. Cayó víctima de las intrigas políticas que en aquella época prevalecían. Como tenía frecuentes entrevistas con Orestes, prefecto de Alejandría, fue proclamado calumniosamente entre el populacho cristiano que fue ella quien impidió que Orestes se reconciliara con el obispo Cirilo. Algunos de ellos, formando parte de una fiera y fanática turba, cuyo líder era un tal Pedro, la aprehendieron de camino a su casa, y arrastrándola desde su carro, la llevaron a una iglesia llamada Cesareo, donde la desnudaron completamente, y la asesinaron con “óstraka”. Después de desmembrar su cuerpo, llevaron sus restos a un lugar llamado Cinarón, y allí los quemaron. Este asunto dejó caer el mayor de los oprobios, no sólo sobre Cirilo, sino sobre toda la iglesia de Alejandría. Y seguramente nada puede haber más lejos del espíritu cristiano que permitir masacres, luchas y hechos de este tipo. Esto sucedió en el mes de Marzo durante la Cuaresma, en el cuarto año del episcopado de Cirilo, bajo el décimo consulado de Honorio y el sexto de Teodosio.

Sócrates Escolástico (s. V d.C). Historia Eclesiástica. Libro VI, capítulo 15


En aquellos días apareció en Alejandría una mujer filósofa, una pagana llamada Hipatia, y dedicaba todo su tiempo a todo tipo de magia, astrolabios e instrumentos de música, y engañó a mucha gente gracias sus estratagemas satánicas. El gobernador de la ciudad le rendía todo tipo de honores, ya que ella le había cautivado con su magia. Y él dejó de asistir a la iglesia tal y como era su costumbre... No sólo hizo esto, sino que llevó a muchos creyentes ante ella, y él mismo recibió a los paganos en su casa...
... Una multitud de creyentes en Dios se levantaron guiados por Pedro el Magistrado, y procedieron a buscar a la mujer pagana que había engañado a la gente de la ciudad y al prefecto Orestes con sus encantamientos. Y cuando descubrieron el lugar donde se encontraba, la fueron a buscar y la hallaron cómodamente sentada; habiéndola hecho descender, la arrastraron por todo el camino hasta la iglesia mayor, llamada Cesareo. Esto sucedió en los días de Cuaresma. Le arrancaron la ropa y la arrastraron por las calles de la ciudad hasta que le provocaron la muerte. La llevaron a un lugar llamado Cinarón y quemaron su cuerpo. Todo el mundo rodeó al patriarca Cirilo y le aclamaron como “el nuevo Teófilo”, ya que él había acabado con los últimos restos de idolatría de la ciudad.

Juan, Obispo de Nikiu (s. VI d.C.). Crónica 84.87-103
 

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